Para empezar vamos a dejar las cosas claras con esto de hacer ejercicio y ponerse en forma. TĂș tienes todo el derecho del mundo a tener kilos de mĂĄs y a estar dĂ©bil y sin energĂa. Tienes derecho a acumular grasa alrededor del abdomen o en las caderas, a estar dolorido cada vez que intentas moverte y a jadear a los dos minutos de aumentar el ritmo de tu paso.
Es mĂĄs, tienes derecho a sufrir una enfermedad cardiopulmonar o cardiovascular. Tienes derecho a estar triste, deprimido y enfadado, a estar estresado o deprimido. TambiĂ©n tienes derecho a quedarte en casa a mirarte en el espejo y decir, “hay que ver cĂłmo me estoy poniendo” o “quĂ© bien me vendrĂa un poco de ejercicio para estar mĂĄs fuerte” y no hacer nada para cambiarlo.
Tienes derecho a tener problemas articulares, debilidad Ăłsea, dolores crĂłnicos de espalda, rigidez, debilidad y falta de tono muscular. Hasta ahora tambiĂ©n tenĂas derecho a quejarte por querer cambiar todo esto y no saber cĂłmo hacerlo. Pero, a partir de ahora, cuando pases al siguiente pĂĄrrafo, vas a perder ese derecho a ser condescendiente contigo mismo. A continuaciĂłn vas a ver cĂłmo conseguir motivarte a hacer ejercicio de verdad, sin excusas.
1. No lo pienses y ponte en marcha
Que hay que hacer ejercicio es algo necesario, ha quedado claro. Que te cuesta coger la rutina es evidente, porque en caso contrario probablemente no estarĂas leyendo esto. AsĂ que no lo pienses mĂĄs, no pongas excusas, no busques razones, no justifiques tu decisiĂłn. Simplemente hazlo. PlanĂ©alo el dĂa anterior, de forma que cuando llegue el momento tengas que pensar lo menos posible, solamente seguir un plan establecido. Tienes muchas opciones para hacer ejercicio, dentro y fuera de casa, incluso en tu trabajo. Puedes ir a un gimnasio, suscribirte a una de las muchas plataformas on-line de entrenamiento que hay, buscar vĂdeos en Internet o seguir un libro.
De una manera o de otra, ten tomadas las decisiones horas antes de salir: es lo mejor para que la pereza no se cuele en tus pensamientos. No le des la oportunidad, no permitas que te sugiera que estås muy cansada o que te abra la posibilidad de dejarlo para mañana.
2. Visualiza cĂłmo estarĂĄs en el futuro sin hacer ejercicio
La mayorĂa de la gente te dice lo contrario: visualiza cĂłmo estarĂas despuĂ©s de entrenar unos meses para acercarte mĂĄs a tu meta. El problema es que a mucha gente eso ya no le vale, porque se atasca en el conformismo y el pensar en el esfuerzo y el sacrifico ya le agota. AsĂ que vamos a hacerlo al revĂ©s. Piensa en tu actividad fĂsica actual y en tu situaciĂłn y cĂłmo estarĂĄs en unos años. MĂrate dentro de cinco, de diez, de veinte años. PresĂ©ntate a ti mismo con setenta u ochenta años (si llegas). Decepcionante, ¿cierto? Debilidad, obesidad, incapacidad, tristeza, soledad…
Visualizarnos en un futuro es una acto de empatĂa hacia nosotros mismos. Intentar vernos en un periodo de diez años y desearnos estar sanos, es un trabajo empĂĄtico que nos puede reportar grandes beneficios. ¿CĂłmo estaremos en diez años si no hacemos ninguna clase de ejercicio? Muchos, probablemente, echarĂan la vista atrĂĄs arrepentidos de no haber empezado a practicar algĂșn tipo de deporte.
3. Piensa en cĂłmo acabarĂĄs la prĂłxima sesiĂłn
En vez de pensar a largo plazo, una de las claves principales para motivarte a hacer ejercicio es ir dĂa a dĂa. AsĂ que ahora piensa en la prĂłxima sesiĂłn, pero no en lo que te va a costar salir de casa, o en la pereza que tira de ti hacia el sofĂĄ. Piensa en cĂłmo te sentirĂĄs al terminar. El ejercicio libera una cantidad increĂble de hormonas que te hacen sentir bien. Las mĂĄs populares son las endorfinas, que nos hacer sentir eufĂłricos al terminar el ejercicio. Estas hormonas, ademĂĄs, son un analgĂ©sico natural que reduce el dolor, la ansiedad y el estrĂ©s.
Ademås, hacer ejercicio también libera serotonina, una sustancia que influye en el estado de ånimo, especialmente con el ejercicio al aire libre. En este sentido, la serotonina nos ayuda a encontrar la calma, especialmente en estado de ansiedad y depresión y ademås nos echa una mano a la hora de conciliar el sueño. También nos ayuda a controlar la ingesta de alimentos, especialmente de comida basura.
Por Ășltimo, cabe destacar que hacer ejercicio tambiĂ©n libera dopamina, la hormona vinculada a las adicciones. La dopamina nos permite experimentar una sensaciĂłn de bienestar tras el ejercicio, lo que crea un vĂnculo entre placer y actividad que engancha. Esto hace que con el ejercicio no necesitemos recurrir a otras fuentes de placer menos saludables.
Enlace: https://lamenteesmaravillosa.com/3-estrategias-motivarte-a-hacer-ejercicio/
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