En los últimos años, ha habido confusión sobre la importancia de las vacunas, pero debes saber que estas son una parte fundamental de la salud familiar y pública. Inclusive muchos se preguntan cuándo estará disponible la vacuna contra el COVID-19, virus que ya ha provocado la actual pandemia y miles de pérdidas humanas.
Las vacunas previenen la propagación de enfermedades contagiosas, peligrosas y muchas veces mortales, como son la sarampión, el polio, las paperas, la varicela, la tos ferina, la difteria, el tétano y la influenza, así como enfermedades oncológicas (cáncer de hígado y de cuello uterino).
Desde el nacimiento, estamos constantemente expuestos a muchos virus, bacterias y otros microbios diferentes. La mayoría no son perjudiciales (es más, muchos son beneficiosos), pero otros sí pueden causar enfermedades muy graves, ser mortales o dejar secuelas.
Nuestro sistema inmunitario nos protege contra las infecciones al desencadenar una serie de respuestas para neutralizar los microbios y limitar sus efectos nocivos. La exposición a una enfermedad infecciosa a menudo nos brinda protección de por vida (inmunidad), por lo que no volvemos a contraer la misma enfermedad, ya que nuestro sistema inmune “recuerda” el microbio y ya sabe cómo “vencerlo”.
¿Qué son las vacunas?
Una vacuna (o inmunización) es una forma en la que tu cuerpo puede desarrollar inmunidad natural contra una enfermedad para evitar que la contraigas y la propagues. Para la mayoría de las vacunas, se inyecta o se da por vía oral una forma debilitada del virus o germen de la enfermedad en tu cuerpo.
Tu cuerpo, al detectar los gérmenes invasores (antígenos), produce anticuerpos para combatirlos. Esos anticuerpos luego permanecen en ti durante mucho tiempo. En muchos casos, incluso pueden estar por el resto de tu vida.
Si alguna vez vuelves a estar expuesto al germen causante de dicha enfermedad, tu cuerpo luchará para que no la contraigas.
¿Cómo funciona la inmunidad?
Tu cuerpo construye un sistema de defensa llamado sistema inmune que combate los virus y bacterias extraños que podrían enfermarte o lastimarte. Para fortalecer tu sistema inmunológico, debes estar expuesto a diferentes gérmenes para así producir anticuerpos y combatirlos.
No obstante, esto lleva tiempo y podrías enfermarte antes de que los anticuerpos hayan acumulado cantidad suficiente para tu protección. Por ello, es imprescindible completar todas las dosis de vacunas indicadas.
¿Hay personas quienes no pueden vacunarse?
Hay algunas personas que no pueden o no deben recibir las vacunas. Estos incluyen:
- Personas que presentan fiebre
- Personas con enfermedades graves
Es importante saber que al vacunar a tu hijo también puedes proteger a otros niños y adultos que no pudieron recibir las vacunas o no respondieron a la misma gracias a la conocida “inmunidad colectiva”.
¿Hay efectos secundarios a las vacunas?
Puede haber efectos secundarios después de que tú o tu hijo reciban una vacuna, pero suelen ser leves. Algunos síntomas incluyen enrojecimiento o hinchazón en el sitio de la inyección. A veces, los niños desarrollan fiebre baja u otros síntomas que generalmente desaparecen en uno o dos días.



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